El minimalismo es la tendencia a reducir a lo esencial, lo útil y embellecedor sin decorar de más, a despojar de elementos sobrantes.
“La arquitectura minimalista deja a un lado la ornamentación para centrarse en los trazos rectos y las líneas puras”
Origen del minimalismo
El arquitecto alemán Ludwig Mies Van Der Rohe acuñó el término en 1930, siendo su creador y más fiel defensor, sin embargo, no fue hasta los años 60 cuando la tendencia empezó a popularizarse y en los 80 cuando ya alcanzó su máximo apogeo. Trató de definir su propio estilo luchando por obtener una arquitectura de naturaleza universal y de lenguaje sencillo para el uso de elementos lineales. Básicamente se fundamenta en el recorte de los excesos y el respeto por las formas, consiguiendo crear un espacio funcional y más aprovechable. Con el paso del tiempo, han sido muchos los arquitectos minimalistas que han basado sus trabajos y diseños en este movimiento, donde lo recargado da paso a lo simple y primordial.
«Menos es más»
Ludwig Mies van der Rohe
Frase convertida en el mantra y la filosofía a seguir del minimalismo, pues es una corriente de líneas rectas, espacios diáfanos y colores monocromáticos
Obras minimalistas del arquitecto
Personalmente esta tendencia me encanta, pues resulta muy innovadora y moderna, aunque aún así pienso que no siempre menos tiene porqué ser más. Sin duda, en un futuro me encantaría llevar a cabo un proyecto de una vivienda minimalista.
No obstante, si tuviese que crear mi propia casa desde cero, no creo que escogiese específicamente este estilo, pues tampoco me gustaría emplearlo en exceso, aunque sí implantaría en los diseños algo de él. Me parece un estilo tremendamente limpio y estético, sin embargo, un edificio de este calibre, debería de hacerse en consonancia con los gustos y favoritismos de las personas que vayan a habitarlo, ya que a mi parecer, al ser tan futurista, hay a quien le puede parecer monótono o aburrido.