FASE 1 – Análisis de una obra del arquitecto estudiado
Pabellón Río Blanco en Guadalajara, México
Carme Pinós
2011 – 2014
Esta pequeña vivienda de descanso está situada en un lugar privilegiado con espectaculares vistas del barranco del Río Dulce, un paraje natural en la ciudad mexicana de Guadalajara. Se trata de una edificación de 75m2 anexionada a unas cuadras de caballos y un campo de prácticas de equitación. El cliente quería un refugio abierto al entorno natural donde poder aislarse y conectar con el exterior. El propósito del Estudio de Carme Pinós fue crear un espacio que se abriera con firmeza a las vistas y al alrededor pero, al mismo tiempo, que diera una imagen de solidez en consonancia con los muros de piedra de la zona.
Río Blanco en Guadalajara, México
El resultado de este proyecto es una casa de una planta, atemporal y original, rodeada de naturaleza. Desde el exterior, este refugio se nos presenta como una construcción pequeña, sólida y opaca, casi inaccesible. Pero al cruzar la puerta, esta sensación cambia por completo. La madera que cubre techos, suelos y paredes, y unos grandes ventanales dan sensación de amplitud, convierten el espacio, con una organización abierta, en un lugar acogedor, luminoso y cálido, permitiendo tener una panorámica privilegiada del paisaje que rodea la cabaña.
Reglas compositivas del edificio
Módulo – Jerarquía y proporción
El edificio se articula en tres módulos distintos. Por un lado, el más grande de ellos, se trata de una zona común que cuenta con comedor, cocina abierta y un estudio. En cambio, el dormitorio y el baño se han alojado en los otros dos módulos, cada uno independiente, para dar más intimidad a la estancia.
Centralidad y unidad – Movimiento
Los módulos tienen como punto de encuentro común la chimenea, sobre la cual sus ejes rotan alrededor de la topografía del lugar.
Equilibrio
La estructura de vigas de madera sigue la dirección de la máxima longitud. Esto puede parecer en un principio ilógico, pero convierte el juego de cubiertas en un artesonado que explica bien la rotación de los módulos y proporciona una sensación de amplitud.
Luz
El entramado de vigas de madera permite aportar luminosidad al interior, pues su función es abrir huecos por los que traspase la luz natural.
Fluidez espacial – Zonas comunes y abiertas
Naturaleza en la paleta de colores – Materiales naturales
La buena sintonía entre los propietarios y la arquitecta hizo que el estudio también se encargara de diseñar la mayor parte del mobiliario, en madera y con algún toque de color negro, acorde con la arquitectura de la construcción. Pocas piezas, de líneas sencillas y amables, con las que se ha buscado y conseguido un efecto de atemporalidad y de confort. Todo pensado para un único objetivo: descansar.
